Querer es poder. Evidentemente, como todos sabemos, el voluntarismo
es peligroso sin apoyo real, pero la inactividad es suicida.
Lo que
están haciendo con el pueblo trabajador griego, no tiene nombre, que
diría el clásico. Es una absoluta desvergüenza lo que les están
sufriendo nuestros hermanos y hermanas griegos y, lo es en sentido
doble. Por un lado, están siendo vilipendiados por los medios de
comunicación del capital y sus gobiernos mercenarios. Que los tachan de
vagos, sinvergüenzas y ladrones. ¡Si así como suena! ¡Todos lo sabéis,
todas lo habéis odio! Y se lo dicen los ladrones de verdad, los que los
han llevado a la ruina, sus gobiernos y los gobiernos extranjeros como
el alemán o el francés, que a través de sus bancos y sus políticas
financieras tan pingües beneficios obtuvieron, en los años dorados del
capitalismo especulativo y, en éste, de recortes inhumanos, que no se
nos olvide.
Pero
la vergüenza también nos atañe a nosotros, a los trabajadores del resto
de Europa que hemos sido incapaces de organizar la protesta y una
corriente de solidaridad para con nuestros compatriotas y camaradas
griegos. Hemos caído en la individualización burguesa y capitalista, esa
que tanto odiamos, esa que pretendemos destruir para construir un
futuro de cooperación, autogestión y solidaridad internacionalista.
Hay
están gentes que se autodenomina de izquierdas y que andan diciendo que
lo de Grecia era una locura, que si se gastaba más de lo que se podía,
que si no trabajaban, que si no son competitivos, que si patatín que si
patatán. Sin darse cuenta los muy cretinos que mañana será ese mismo
lenguaje el que utilizarán contra ellos los poderos capitalistas, sus
medios y sus gobiernos títere de tecnócratas o criminales. ¡Santa
inocencia, santa desidia o medido cinismo!
Los
que creemos en la Europa de los pueblos, de los trabajadores, de la
democracia y el socialismo no podemos por más tiempo permanecer
impasibles, cada uno, donde tenga su frente: periódico, escuela, fábrica
o barrio, debe dar la batalla. ¡Debe convertirse en un combatiente!. Y
decir bien alto y claro: ¡Nosotros somos griegos, somos trabajadores,
somos europeos y somos las fuerzas de la democracia y el socialismo!
¡Váyanse malditos capitalistas! ¡No les queremos! Mientras esa no sea
nuestra actitud estamos perdidos.
Si
queremos una Europa que sea cuna de libertades, de democracia y de
justicia social debemos podernos manos a la obra y apropiarnos del
concepto Europa, hoy en manos de la burguesia. Si dejamos que Europa
sucumba ante las leyes del mercado capitalista patibulario, es decir que
la dejemos en manos de unos canallas que sólo la utilizaran para sus
fines espúreos, miserables y priovados, ¡Tenemos los días contados!
La
desaparición de la democracia en sentido avanzado, de pueblo organizado
y en marcha, está siendo destruida y derrotada, convertida en un
espectáculo, en referéndums plebiscitarios que sólo necesitan la
sumisión de un pequeño porcentaje de votantes y la exclusión por
desafección de la mayoría para imponernos un régimen, ahora
aparentemente soportable, aunque ya limitadamente democrático. Pero el
final sino nos organizanmos el final será evidente: ¡Noche y niebla!
Así
que, o entendemos que todos somos griegos y trabajadores, o los
explotadores del mundo, los esbirros que les obedecen dictadores de todo
tipo acabaran por imponerse por la fuerza de una pseudodemocracia
parlamentaria a la mayoría de la población. la clase trabajadora
explotada.
Construyamos
el bloque alternativo, y lo digo como lo siento, si las izquierdas
vascas han sido capaces de hacerlo en su país, porque no vamos a poder
hacerlo el resto de fuerzas en las diferentes naciones que compone este
hermoso continente.
Querer es poder. Evidentemente, como todos sabemos, el voluntarismo es peligroso sin apoyo real, pero la inactividad es suicida.
¡A luchar por los griegos! que somos nosotros: los trabajadores... las fuerzas del socialismo y la libertad... la humanidad!
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