Ayer
murió Manuel Fraga Iribarne, yo como hombre de izquierdas, lo que
reclamo es verdad, justicia, reparación, dignidad y, por supuesto, no le
deseo la muerte a nadie. Y lo digo sabiendo perfectamente que Fraga
jamás tuvo la más mínima compasión con sus víctimas. Fue un verdugo
ejemplar y, hasta el último día de su existencia, defendió el régimen
franquista (otro fascismo más) del que formó parte como ministro. [1]